Jordi Pujol ha vuelto a vivir en sus propias carnes lo que es el rechazo de la gente. El lunes asistía a una conferencia sobre nacionalismos. Decidió tomar la palabra para contar lo que fueron las negociaciones con Aznar para formar Gobierno. Es entonces cuando un hombre se levanta y protesta “Este señor tiene que admitir lo que es, no está autorizado”, dicho esto abandona la sala entre aplausos. No sería el único ante un Pujol estupefacto que no alcanza a comprender lo que está pasando. El que fuera todopoderoso presidente de la Generalitat durante 23 años, ahora imputado en la Audiencia Nacional por blanqueo de capitales, repudiado públicamente.