Consumado el divorcio entre José María Aznar y Mariano Rajoy, en el Partido Popular siguen digiriendo la noticia entre la sorpresa y el silencio. Una que ha optado por no hacer declaraciones ha sido la vicepresidenta, objeto de los últimos ataques de Aznar a cuenta de Cataluña. En el PP hoy pasan página. Su vicesecretario, Fernando Martínez-Maillo pide mirar al futuro para reconocer, acto seguido, que no han conseguido solucionar el encaje de la figura de los expresidentes.