Todo ocurría este miércoles sobre las cinco y media de la tarde. Unai, de 12 años de edad, regresa a casa después de hacer deporte con sus compañeros. Su actitud no despierta ninguna sospecha en su entorno. Según el relato de los hechos, su abuela lo deja solo para ir a buscar a su otra nieta y, es en ese momento, cuando se lanza al vacío desde su domicilio familiar, un tercer piso del barrio de Urkizu de Éibar, en Guipúzcoa. Antes había escrito una nota, hallada por los agentes, en la que cita los nombres de tres menores del equipo de balonmano con el que acababa de entrenar, según el diario El Correo, a los que responsabiliza supuestamente de su decisión final.