Los heridos más graves son atendidos en las mismas vías y se les traslada en camillas hasta la cercana estación de O Porriño. Los nervios de los pasajeros llegan hasta el andén donde nos cuentan el accidente. Allí se instala un improvisado hospital de campaña. Se reparten mantas, se colocan collarines y se ponen vendajes. En la cafetería, entre nervios, dolores y lloros también se reciben los primeros auxilios. En principio, no corren peligro ninguno de los 49 heridos traslados a tres hospitales y a un centro de salud cercanos.