Antonio Ojeda mira a las cámaras, serio. Su apariencia es fría y la expectación es máxima. Los investigadores esperan que hable y los padres de Yéremi también. Pero el rubio ha vuelto a hacerlo y se ha mantenido ante el juez firme y frío, como ha entrado. Solo ha contestado a preguntas de su abogado, preguntas para defenderle.