Los trabajadores del polígono de Son Rossinyol, donde se celebrará el juicio , están más que acostumbrados a las vistas de la cárcel de Palma, que la tienen a pocos metros. Pero esta semana se han tenido que habituar a los controles policiales. La policía blindará la zona, ya ha buscado posibles explosivos en subsuelos y cableados y está haciendo controles aleatorios a los vehículos. El lunes todos pasarán por el control.