Mañana cada hora marcará un precio de la luz distinto. Entra en vigor la facturación horaria para los diez millones de usuarios con un contador inteligente. Las familias podrán organizar su consumo pero el ahorro no será muy grande. El gasto de kilowatios supone solo un tercio de la factura. La clave está más bien en no hacerlo mal: es decir no consumir mucho en el momento en el que la energía es más cara, las diez de la noche. Esta curva nos indicará cada día el momento más barato para poner una lavadora, por ejemplo. Pero cambiar de hábitos no será sencillo. Los que no tengan contador inteligente pagarán en función de un perfil de consumidor estándar, que se elaborará con la información de los que sí tienen contadores nuevos.