Los forcejeos de simpatizantes de ETA anoche con los agentes de la Gendarmería francesa que custodiaban a los detenidos de la 'operación Pardines' simbolizan la última resistencia al final inequívoco de la banda. Al grito de 'libertad para los detenidos' y 'el pueblo no perdona', el grupo se había congregado en los alrededores de la vivienda para asistir a este momento, el traslado de los detenidos a comisaría.