Se hacían llamar Fraternidad Islámica para la predicación de la Yihad. Según el auto del juez Santiago Pedraz, tenían una larga lista de objetivos, para sembrar el terror en Barcelona. Pretendían secuestrar a un ciudadano, vestirlo con el mono naranja, para degollarlo y grabar la ejecución en video, demostrando así, que el horror del Estado Islámico no está sólo en Siria o Irak. También planeaban secuestrar a la directora de una sucursal del Banco Sabadell para obtener financiación para su célula.