En el barrio de Camp de L'Arpa, en Barcelona, los vecinos están conmocionados y sobrecogidos con la noticia. En uno de los edificios de la calle de Conca vivían Antoni Cirera y Dolors Sánchez desde hace más de 40 años. Estaban jubilados y juntos todo el tiempo posible, haciendo la compra, o disfrutando del aire libre. Porque a sus 75 y 73 años, seguían dando largas caminatas por la montaña. El matrimonio no tuvo la suerte de otros supervivientes. Querían visitar el Museo del Bardo en Túnez durante su crucero por el Mediterráneo, y se encontraron con los terroristas. Era la primera vez que salían de España. Sus dos hijos les habían regalado el viaje por sus cincuenta años de casados.