El Ebro se ha tragado esta carretera que está cortada al tráfico a la altura de Castejon. Un tramo de la N-113 ha quedado arrasado por el desbordameinto del río, cuyo caudal ha crecido vertiginosamente, y se acerca a los dos mil metros cúbicos por segundo. Ya supera los siete metros de altura y aún no ha alcanzado su pico máximo.