846.000 fotografías y videos de pornografía infantil. Su propietario un ingeniero español de 32 años. Condenado a 2 años y 4 meses de cárcel por posesión y distribución de material pedófilo y que ahora el supremo, duplica esa pena. El motivo, lo especialmente vejatorio y degradante de las imágenes. La Audiencia Provincial entendía sólo se podían agravar las penas a los productores de material pornográfico. El supremo discrepa y endurece el castigo a los que lo consumen y almacenan. Además en el caso del ingeniero detenido, distribuía un manual para que otros consumidores de pornografía infantil pudieran dar el paso a grabar sus propios videos con menores. Las penas de prisión aplicando el agravante pueden llegar a los 9 años de cárcel.