Eduardo Torres-Dulce ha dimitido hoy como fiscal general del Estado y lo ha hecho saber vía comunicado. Apenas cuatro líneas en las que aduce motivos personales. Esa es la versión oficial, pero su mandato estos tres años ha estado marcado por las tensiones con el Gobierno que le nombró. Los papeles de Bárcenas, que algunos reprochan no haber parado, pero sobre todo Cataluña, y la querella contra Artur Mas, son el núcleo de esas diferencias.