Tras dos años, una planta calcinada de procesado de naranjas retomó la actividad y mejoró sus instalaciones. Fueron años de incertidumbre después de que la planta de 45 mil metros cuadrados quedase reducida a cenizas. Y no es el único ejemplo. La nave de químicas oro quedó arrasada en 2005. En un año la levantaron y mejoraron su tecnología. Y no sólo mejoraron técnicamente. El empleo que creaban en su día se mantuvo tras los accidentes