En el colegio siempre la misma respuesta, “son cosas de chicos”, pero tras esta verja, un verdadero infierno: Agresiones, insultos, vejaciones sexuales. Es lo que denuncia la madre del pequeño y lo que el pequeño sentía haciendo estos dibujos. Acoso y lesiones físicas, con 10 años le perforaron el tímpano con un bolígrafo. La administración, ante la avalancha de documentación, partes de lesiones, informes médicos ha decidido algo novedoso. Ahora el chico tiene 15 años, el acoso ocurrió a los 8. Pero las secuelas perduran. Sigue en tratamiento psiquiátrico y medicado con antidepresivos. La familia ha empezado de nuevo en otra ciudad. El colegio por su parte se ha querellado contra ellos por injurias y calumnias.