Tres años después de haber sido asesinados por su padre en Córdoba en 2011, los restos de los pequeños Ruth y José han podido enterrarlos en San Bartolomé de la Torre, el pueblo natal de su madre. Su madre ha luchado todo este tiempo para recuperar los huesos de sus hijos. Por expreso deseo de la familia, todo ha sido en la intimidad. La intimidad del dolor por dos ausencias que llevaron a un padre a sentarse ante los tribunales y a ser condenado a 40 años de cárcel por haber matado a sus hijos.