En el vodevil de la consulta soberanista quedaban actores por aparecer. El último ha sido Felipe González. El expresidente del Gobierno deja entrever que facilitó el encuentro de julio entre Rajoy y Artur Mas. Y además hace una defensa del expresidente catalán, Jordi Pujol. Le cuesta verlo como un corrupto. Con mediación o no, el Gobierno impedirá cualquier consulta y apela a la unión. Aún así, Artur Mas sigue insistiendo en que celebrará su referéndum el 9 de noviembre.