Lo hemos visto en algunas ocasiones, como en esta rueda de prensa. Es un despacho de más de 400 metros cuadrados en una de las mejores calles de Barcelona, atendido por tres administrativos, al que la Generalitat dedica 190.000 euros anuales del presupuesto catalán. Es uno de los privilegios que le fueron retirados a Jordi Pujol junto a sus cargos políticos el pasado 29 de julio. Pero 23 días después las pertenenciasdel expresident siguen ahí.