Esta es la imagen que el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, tiene de los inmigrantes magrebíes de su ciudad: "Llego al país, accedo a las ayudas sociales y me quedo allí de por vida, vivo de eso". Se justifica en que le parece excesivo que un sesenta por ciento de los 6.000 magrebíes de Vitoria sean atendidos por los servicios sociales. La vinculación del supuesto fraude a un colectivo concreto divide a los vitorianos y ofende a los aludidos. Maroto no aporta datos del fraude pero ha cambiado el sistema de percepción de ayudas. En vez de dinero, vales para alimentos.