Nadie quiere perderse esta cita anual en Puente de Duero, en Valladolid. Cientos de apasionados de las dos ruedas han venido desde varias provincias españolas pero también desde el extranjero. No importan los kilómetros porque para ellos merece la pena estar aquí. Moteros que saben bien cómo combatir el frío y el hambre. Una de las fiestas marcadas en rojo en el calendario de los apasionados del motor, que "se convierten en pingüinos" durante un fin de semana.