El ruido lo silencia, pero escuchen este goteo peligroso y constante: "Me voy a México", "me voy con ganas", "regreso a mi país", "un mes aquí, un mes allá". "del cariño no puedo vivir", "hay que luchar". Ocurre en Barajas cada día, cada hora. "En este vuelo marchamos 4. Volamos para Alemania. España… lo veo más negro que el vuelo de un grillo. Ni sé alemán, ni sé inglés. Somos la mano de obra de Europa", dice José Antonio, un soldador que a los 49 años tiene que dejar su país. María Fernanda es investigadora y se marcha con su marido y sus 3 hijos en busca de una oportunidad laboral: "Me voy para Londres. Las oportunidades son mucho mayores. El futuro para los científicos yo no creo que esté aquí en España. Realmente damos vergüenza."