Francisco Camps no está para preguntas. Ni para las de la televisión ni para las del juez instructor del caso Nóos, este fin de semana. Le citó como testigo (el domingo, a las 11:30) y ha tenido que anular la declaración porque fue imposible dar con él. La versión del Tribunal es que un agente judicial acudió a su domicilio. Y no estaba. Que se le hicieron repetidas llamadas al móvil que él facilitó. Y no hubo respuesta. Que la secretaria encargada de tomarle declaración les esperó hasta las 11,30 del domingo, y nunca apareció. Desde el sábado a primera hora, la noticia de que Camps estaba citado a declarar por escrito (como él había pedido) estaba en prensa, radio, televisión, tuiter… Pero Camps ni se enteró. "Estuve todo el fin de semana haciendo vida normal", ha sido toda su explicación hasta el momento.