Marita abre la puerta de su casa y deja entrar a dos personas. Después de hablar unos minutos con ellos, el hombre empieza a golpearla con brutalidad. La mujer queda tendida en el suelo y la pareja se marcha. Cuatro meses después de la agresión Marita, de 90 años, nos recibe en su casa. Ha estado dos meses y medio en coma. Dice que dejó entrar a la pareja porque los conocía. El hombre ya había estado antes en su casa acompañado de José Vicente, párroco del pueblo. Los presuntos ladrones ya están en prisión.