La enseñanza pública se ha puesto en pie de guerra. Más de seis millones de estudiantes y 600.000 docentes están llamados a secundarla. Detrás, la LOMCE. Una ley que no convence a muchos. Por su defensa del Castellano en Cataluña. Por la reaparición de las antiguas reválidas. Por la desaparición de Educación para la Ciudadanía. Por la vuelta de alternativa a la religión. Por permitir subvencionar de nuevo a los colegios que separan por sexos. Pero además de la ley. Indignan, sobre todo, los recortes. 6700 millones de euros desde 2010. Permitiendo más alumnos por clase. Obligando a dar más horas a los profesores. Demorando las sustituciones.