Acababa de arrancar la cabalgata de Reyes en la ciudad de Málaga, cuando uno de las carrozas atropellaba mortalmente a un niño de seis años. El pequeño se había soltado durante un instante de la mano de sus padres para recoger los caramelos del suelo. La rapidez del niño, la gente y la mala suerte quiso que una de las ruedas del vehículo pasase por encima. Cuatro personas por carroza se encargaban de la seguridad en ese momento, pero el accidente ha sido inevitable. Los servicios de emergencias no han podido hacer nada por el menor, que ha fallecido en el lugar del accidente.