Queda sólo una semana para que el Gobierno apruebe el "banco malo": es donde van a ir todos los créditos impagados, fundamentalmente, los de la vivienda. Por eso, las entidades financieras están aprovechando para deshacerse, a toda velocidad, de sus pisos y están, incluso, abaratando precios. Los bancos necesitan deshacerse de su stock de pisos. Incluso han creado sus propias inmobiliarias para agilizar la venta. Y con los precios más bajos vuelven las inversiones de extranjeros. Un ejemplo de esta actividad frenética: Entidades como Catalunyabanc han comercializado 6.700 inmuebles en los primeros seis meses del año. Un 40% más que el año pasado.