No llevaba armas, estaba tranquilo y no opuso resistencia. Con una imagen distinta, cabeza afeitada y gorra, los agentes lo identificaron. La policía llevaba días vigilando varios puntos de venta de droga de Madrid y este centro de salud cercano a su casa, lugar habitual de toxicómanos para recibir metadona. El presunto asesino de Carmen, la agente de policía municipal no actuó sólo, las cámaras de seguridad de la oficina de correos grabaron a otra persona.