Habían pasado menos de 24 horas desde los últimos incidentes, cuando la escena se repetía en este pequeño pueblo de León. De un lado, los mineros que reivindican las ayudas para el mantenimiento del sector. Del otro, policía y antidisturbios. Los primeros cortaban la carretera N-630. Los segundos intentaban desalojar a los manifestantes. El resultado ha sido una auténtica batalla. Las protestas, dicen los mineros, continuarán hasta que la mesa del carbón asegure el futuro del sector y de 14.000 trabajadores.