Apiladas en palés y facturadas como pescado común, sin ningún tipo de protección cuando en realidad eran angulas. Así trataba de burlar la aduana la red internacional que operaba en España y que ha sido desarticulada por la Guardia Civil. Se dedicaba al comercio ilegal de esta especie protegida fuera de la Unión Europea. El destino de la mercancía era el mercado asiático, principalmente China y Filipinas.