En un momento como el actual, en el que se impone la austeridad, no se entienden algunos proyectos como el de construir un aeropuerto como el de Castellón en el que no hay ni un sólo avión. O líneas de tren como la del Ave manchego que han tenido que ser cerradas por falta de pasajeros. Millones de euros que no sólo han estado mal invertidos, si no que suponen un elevadísimo gasto de mantenimiento. Hay casos realmente escandalosos. Ni representativo de la ciudad de Madrid, ni con demasiado atractivo. Peor es uno de los monumentos que más gasto supone. En Valencia ya han optado por reducir el encendido la pantalla informativa del hospital la Fe. Costó 600.000 euros, y su mantenimiento otros 70.000 al año.