Primero dijeron que la habían tirado al río Guadalquivir. Y la buscaron allí sin éxito. Luego en el vertedero. Después en la zanja de Camas. Pero una vez más, sin resultado. Sin el cuerpo de Marta. Una contradicción tras otra de los acusados de su desaparición que ahora, tres años después, serán interrogados en un proceso que comienza a las diez de la mañana.