Con un discurso de dos horas, Álvarez-Cascos ha protagonizado la primera sesión del pleno de investidura, en el que ha advertido que no le da "vértigo" gobernar en minoría y que está dispuesto a asumir con el único apoyo de 16 de los 45 diputados que conforman el hemiciclo asturiano. Cascos apuesta por el "cambio" con bajada de impuestos y gestión pública y privada e incide en la necesidad de invertir en infraestructuras, apoyar el carbón y reformar el sector público.