Se abren las puertas al altar para una novia romántica, la que soñó casarse como una princesa con encajes y tules, un tacto suave y una caída delicada para su particular cuento de hadas. También camina hacia el altar esa novia clásica que este año luce un vestido inspirado en la exquisitez de las mariposas, como señala su diseñador Miquel Suay. No falta el clásico lazo ni la joya que la adorna a ella. Y para la novia que no pisa el altar y acude al juzgado, también suenan campañas de boda con un vestido que aboga por cortar con la tradición y la cola y arriesgar con el maquillaje. Son tres novias distintas para dar el mismo sí quiero.