Andrew era un joven ucraniano que se alistó en el ejército cuando empezó la invasión rusa. Como él, cientos de miles de hombres tuvieron que sumarse a la batalla para defender su territorio sin importar la formación militar que tuviesen. Desde que comenzó la guerra hasta hace apenas unos días, Andrew estuvo defendiendo su territorio lo mejor que pudo. Pero todo cambió durante su última misión, cuando fue alcanzado por un misil ruso que le hizo perder los ojos y los brazos. Sus hermanos, que estaban cerca, le llevaron inmediatamente al hospital y consiguieron salvarle la vida. Sin embargo, los costes para hacer frente a su tratamiento son demasiado altos. Por eso, tanto su familia como sus amigos, han decidido abrir un fondo común para recaudar dinero y ayudar a Andrew con su tratamiento. Tras más de un año y tres meses desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, la guerra continúa cobrándose vidas de soldados y civiles que sobreviven a duras penas en el territorio bombardeado. Alrededor de 18.955 víctimas civiles, de las cuales 8.791 han fallecido y más de ocho millones de desplazados, es el triste balance de esta invasión rusa en Ucrania, según los últimos datos de Naciones Unidas.