Muerto y resucitado. A sus 77 años después de 12, fuera del poder y tras pasar un año y medio preso Luiz Inácio Lula da Silva, vuelve a ser presidente electo de Brasil, pero con la enorme tarea de reconstruir un país gravemente fracturado, polarizado y empobrecido.

 Con su victoria, convierte directamente a Jair Bolsonaro, en el primer mandatario que no logra ser reelegido. Lula se lleva casi un 51% de respaldo frente al 49 del ultraderechista, una ventaja muy justa, pero insalvable con una participación histórica del 79%.

 Ahora, el silencio de Bolsonaro siembra la duda sobre si aceptará o no el resultado de las urnas. Pero las calles, no han tardado en celebran su victoria. Hoy Brasil, empieza una fiesta gigantesca.