Lo han hecho casi a escondidas, intentando sin éxito que nadie los grabara. Pero aquí está la imagen de militares británicos teniendo que vestir el uniforme fluorescente de transportista y cargar el camión cisterna. Son unas pocas decenas de ellos, cuando se necesitarían decenas de miles. El primer ministro, abanderado de ese Brexit, se justifica. Dice que hay déficit de transportistas en muchos países del mundo. Aunque lo cierto es que en ninguno se ha llegado a la situación de escasez y de nervios que vive el Reino Unido. Falta gasolina, pero podrían faltar medicamentos y comida. La prensa desempolva ya el fantasma del "invierno del descontento". La gran crisis social y económica de los años setenta.