El ex presidente argelino Abdelaziz Bouteflika falleció este viernes a los 84 años de edad. Se sabía que su estado de salud era delicado tras el derrame cerebral que sufrió en 2013 y que mermó sus habilidades físicas hasta el punto de que no volvió a hablar en público y se movía en silla de ruedas. Desde que se vio obligado a abandonar el poder en abril de 2019 por la presión del Ejército y del pueblo, Bouteflika había permanecido recluido en la soledad de un hogar de ancianos en la localidad de Zeralda, al oeste de Argel. Su renuncia tras 20 años en el cargo fue inevitable y todo un acontecimiento tras semanas de protestas masivas contra él debido a su intención de presentarse para un quinto mandato de cinco años. Bouteflika llegó al poder en 1999 apoyado por las Fuerzas Armadas, en un momento en el que Argelia vivía inmerso en una Guerra Civil que causó 300.000 muertos. En ese año ganó con un 75 % de los votos después de que el resto de candidatos se retiraran tras denunciar un posible fraude electoral. Bouteflika se eternizó en el cargo ganando las elecciones del 2009 y el 2014 tras cambiar el límite de mandatos impuesto por la constitución. Pero esta modificación no le bastó en el 2019, cuando las manifestaciones de decenas de miles de jóvenes pusieron fin a un presidente que en aquel entonces se había convertido en un fantasma.