Con el pueblo inundado, una excavadora llega al rescate. En su interior, Adile, 85 años. Las lluvias la sorprendieron y la dejaron atrapada en casa. Ahora la llevan a un lugar seguro sobre una camilla, atada de pies a cabeza, atravesando todo un bosque. La pendiente complica la maniobra. Tras un enorme esfuerzo, consiguen evacuarla. Terminada la pesadilla, la mujer rompe a llorar. Sus rescatadores aflojan la cuerda para darle la mano. Y la mujer lo agradece con una caricia.