Ese es el navío que navegaba en aguas del Mar Negro, cerca de Crimea. Hasta 2014, aguas ucranianas. Desde entonces, aguas rusas, según Rusia. Uno de sus buques realizó varios disparos de advertencia, y desde el cielo un avión lanzó bombas en la trayectoria de los británicos. Según el kremlin, se habían internado tres kilómetros. Londres resta importancia al suceso. Dicen que no hubo disparos, sino un ejercicio militar de los rusos, que no tenía que ver con ellos. En cambio, Moscú ha citado al agregado militar británico para hacerle saber su malestar. Y lo han grabado para subrayar el incidente. Quieren que nadie tenga dudas de que no les gusta que la OTAN se acerce a Crimea y este es un aviso a los británicos por partida doble, porque además están asesorando a los ucranianos a mejorar su flota.