Hacía seis meses que en París no se escuchaba este sonido. El del choque de platos y cubiertos mezclado con las converaciones en las terrazas de sus cafés. Esa alegría de vivir tan parisina vuelve por fin y lo hace acompañada de un buen croissant. La reapertura de las terrazas de restaurantes y cafés es toda una victoria psicológica en la lucha contra la pandemia. Una señal del retorno a estos pequeños placeres cotidianos, a la vida anterior a la pandemia y el final de la penitencia parisina. En las terrazas se saborea esa vuelta a la normalidad tan deseada. Había ganas de desquitarse. Los restaurantes podrán llenar sus terrazas al 50%, con no más de seis personas por mesa. Forma parte del plan de desescalada en el que se incluye el retraso del toque de queda que ahora comenzará a las 9 de la noche.