El escepticismo con la vacuna entre los estadounidenses está haciendo mella en los planes de vacunación. De ahí los incentivos. Joe Biden ha anunciado que los vacunados podrán prescindir de la mascarilla en prácticamente cualquier espacio, incluidos los interiores. Aunque todavía sería recomendable su uso en transportes y hospitales. Y en ningún caso se la podrán quitar sin haber esperado dos semanas tras recibir la pauta completa. Una medida que genera ciertas dudas por ser demasiado prematura. Pero hay que atraer a los más reacios. En Ohio, sortean 1 millón de dólares cada semana entre aquellos que hayan recibido al menos un pinchazo. En California lo cambian por canutos. En Washington por cerveza gratis. Y como hay muchos adultos que dicen no, hoy ya se ha empezado a vacunar a adolescentes de entre 12 y 15 años. Todo por alcanzar por fin la inmunidad de rebaño.