Medio millar de fallecidos en Francia en las últimas horas. Una cifra devastadora que aboca al país a un nuevo cerrojazo hasta el 1 de diciembre. El presidente Macron ha sido tajante: la segunda ola será peor y más mortal. Confinamiento que será revaluado cada quince días. Bares, restaurantes y comercios estarán cerrados. No así las escuelas, solo será telemática la educación superior. Macron ha pedido a los ciudadanos que permanezcan en casa y ha anunciado ayudas para trabajadores y empresas forzados a cesar su actividad. Ayudas que también anuncia Angela Merkel en Alemania. Hay que evitar una emergencia nacional, ha dicho. El país cierra, desde el próximo lunes y hasta diciembre, bares y restaurantes, el ocio, la oferta cultural y el deporte aficionado en espacios cerrados. Se mantendrán abiertos, mientras sea posible, escuelas y comercios. Y se limitarán a mínimos los contactos sociales y reuniones.