Los bomberos luchan contra el fuego en la casa de un gobernador y de la hermana de Evo Morales, el presidente de Bolivia, quemadas, según dice, por grupos irregulares. La calle pide su salida y la auditoría de la Organización de Estados Americanos es rotunda: hubo fraude electoral. Las manipulaciones del sistema informático son de tal magnitud que imposibilitan la victoria de Morales el pasado 20 de octubre. A pesar de su constante negativa, ahora el mandatario convoca nuevas elecciones. Su infructuosa oferta al diálogo a los partidos más votados, el motín policial contra él y la división en el Ejército lo han obligado a ceder tras dieciocho días de violentas protestas.