El clima en el Parlamento británico no puede ser más tenso, y cuando parecía imposible que fuera a más, llegaba el momento del que todo el mundo habla. Theresa May, cada vez más contra las cuerdas, se dirigía frente a frente y con un elevado tono a su rival -ahora archienemigo- Jeremy Corbyn, en medio de un enésimo rifirrafe por la aplazada votación del Brexit.