Hasta 2022 Brasil tendrá un presidente de la extrema derecha. Un exmilitar de 63 años, homófobo, machista, xenófobo, todo un nostálgico de la dictadura que ha vencido por el 55% de los votos. Su discurso de odio ha calado entre los brasileños con sus ataques a la prensa prometiendo hacer una limpieza de los rojos marginales y de meter entre rejas a Fernando Haddad su oponente y sucesor de Lula Da Silva.