22 días después del asesinato de Jamal Khashoggi, el heredero saudí Mohamed Bin Salman habla al fin. ?Se trata de un crimen doloroso para todos los saudíes y creo que para cualquier ser humano. Un crimen atroz que no tiene justificación", asegura. Entre los aplausos de los asistentes a su foro económico, el príncipe asegura que los culpables serán juzgados y al final se hará justicia. Frente a esas palabras, las de un asesor del presidente turco Erdogan, para el que Bin Salman tiene las manos manchadas de sangre. Imposible creer, dice, que no supiera nada del equipo de quince hombres enviado desde su país a Estambul por personas de su círculo más cercano, y que acabó matando al periodista. Trump ha calificado como un fiasco total toda la operación. Y la forma en que se ha intentado encubrir el asesinato, de las peores de la historia. La gran incógnita sigue siendo el paradero de los restos de Khashoggi. Según medios turcos, los investigadores quieren inspeccionar el jardín y un pozo del consulado saudí que no pudieron revisar en los anteriores registros.