Se llamaba MOMO-2 y era el segundo intento de la empresa japonesa de nueva creación Interstellar Technologies Inc., de lanzar con éxito un cohete al espacio. En julio pasado, el MOMO-1 se elevó a tan solo 20 kilómetros antes de detenerse en el aire y fallar su motor lo que provocó que el cohete cayera al océano. Pero este sábado ha vuelto a ocurrir. El MOMO-2, que medía 10 metros de altura, pesaba 1.150 kilos y debía subir 100 kilómetros al espacio, no lo hizo. Todo estaba preparado y estudiado al milímetro en Hokkaido, Japón, pero el cohete no consiguió elevarse y a los pocos segundos del despegue se estrelló contra el suelo. No hubo heridos, según los medios japoneses, pero la imagen de la explosión contra el firme es espectacular. Interstellar Technologies Inc. es una empresa japonesa que utiliza componentes disponibles comercialmente para crear mini cohetes de bajo costo.