Ha sido un ataque mayor que el de hace un año, pero no tan fuerte como para que Rusia o Irán tengan que responder militarmente. Calculado para evitar una escalada, pero dejando claro que, a diferencia de Obama, para Trump las armas químicas son una línea roja. Habrá más ataques si hay más gas sarín o más cloro, pero desde el Pentágono, el secretario de defensa aclara que el bombardeo ha durado una noche y ha terminado. Ha sido un ataque con misiles de largo alcance lanzados también desde bombarderos a gran altura, evitando en todo momento las robustas defensas sirias y rusas.