El llanto del bebé llevó a Jahantaab de 25 años a buscar la sombra de una silla para amamantar mientras hacía el examen de acceso a la universidad pública de Afganistán. Estaba molestando a los alumnos. Me preocupaba que me echaran. Tras 8 horas de viaje desde su pueblo, ahí estaba sentada en el suelo, dando el pecho y contestando preguntas. Así la fotografío un profesor sorprendido de su determinación por estudiar pese a las dificultades. Quienes me preocupan, dice son las mujeres de mi región. Ellas no tienen acceso a la educación. Su marido la apoya consciente de que la pobreza y la distancia impiden a su mujer estudiar una carrera.