Domingo de Resurrección en el Vaticano, con la bendición Urbi et Orbi del papa desde la plaza de San Pedro, dónde el pontífice no ha querido desaprovechar la ocasión de condenar, una vez más guerras y el exterminio de Siria. Pero también ha pedido que el pueblo de Venezuela salga cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime.